El abogado reflexionó así ante el fallo que la Corte Suprema debe emitir próximamente por los crímenes ocurridos entre septiembre y octubre de 1973 en Paine. Los alegatos finales tuvieron lugar el 6 de mayo último ante la 2ª Sala Penal del máximo tribunal del país. En la foto, Fouillioux durante la vista de la causa, transmisión que fue seguida por los familiares desde el Memorial Paine.

 

Una larga trayectoria avala al abogado Luciano Fouillioux como litigante en casos de violaciones a los Derechos Humanos. Desde sus inicios su opción fue abordar la práctica y el ejercicio del Derecho “al servicio de la vida y la protección de las personas”, como el mismo defiende con tono seguro.

A la espera de que la Corte Suprema (Segunda Sala Penal) emita su fallo en la causa por 38 homicidios calificados (conocida como ‘Paine Principal’), el jurista compartió algunas reflexiones en torno a lo que – se espera- debe suceder con este pronunciamiento del máximo tribunal frente a la que se considera una de las causas más emblemáticas en materia de violaciones a los Derechos Humanos, cometidas en Chile durante la dictadura.

“Como querellantes en esta causa, lo que esperamos es un fallo favorable que venga a derogar el fallo de segunda instancia que aplicó la media prescripción y reponga las penas del fallo de primera instancia”, sostiene.

Un largo camino hacia la justicia

La esperanza es -sin lugar a dudas- que la Corte Suprema ratifique las sentencias y condenas establecidas por la ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes, contra militares, carabineros y civiles involucrados en los crímenes de 38 campesinos, trabajadores y estudiantes.

Un fallo que ha tardado más de 30 años desde que se comenzó a investigar y conocer la verdad jurídica de los acontecimientos. Una tardanza que el abogado Fouillioux, más que a una desidia, atribuye al sinnúmero de obstáculos, dificultades y composición de los tribunales de justicia desde el mismo día los crímenes fueron perpetrados.

“Tenemos razonables expectativas de que este puede ser un fallo favorable, así esperamos. Ahora, acerca de los tiempos de la justicia, de que llegue de la manera que llegue, es atribuible a una multiplicidad de factores, entre otras cosas, la imposibilidad de haber investigado estos hechos durante la dictadura y que, en la práctica, se empezaron a investigar con un poco más de propiedad desde el año ’90 en adelante”, señala.

“Alguien puede decir, ¡pero más de treinta años!. Y sí, es cierto, pero las dificultades que ha tenido el Poder Judicial para obtener la verdad y llegar a la información han sido múltiples. Aquí ha habido, primero que todo, una negativa completa de participación de los hechos, incluso de la existencia de éstos”, añade tajante.

“Yo creo que no ha habido desidia. Tengo la idea de que ha ido mutando la participación de los tribunales, porque los tribunales no estaban preparados para investigar delitos de lesa humanidad en sus comienzos”, explica.

“Tenemos que recordar que en el Poder Judicial hubo toda una renovación de autoridades judiciales que habían sido designadas por el régimen de Pinochet. Entonces ha habido una cantidad de elementos que conspiraban para no alcanzar una justicia más rápida y ágil. Pero desidia, yo diría que, a estas alturas, y después de varios años, diez o más, cuando la ley de amnistía no se aplicó, cuando ya se reconoció la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y otros elementos, la justicia avanzó, a su ritmo, pero fue avanzando con mayor soltura”, sostiene Fouillioux.

Más allá del abogado 

Su trayectoria como abogado no solo lo avala. También ha dejado huellas imborrables, más allá de lo estrictamente profesional.  Y eso le da más sentido a aquello que Fouillioux refiere cuando apela a un ejercicio del Derecho al servicio de la vida y la protección de las personas. “Esto para mí, ha sido lo central. El desarrollo de las personas, cualquiera sea su condición, especialmente los más vulnerables”.

Paine y su tragedia forman parte de esas huellas. Y así también su larga amistad con su colega, la abogada Pamela Pereira, hija de Andrés Pereira Salsberg, uno de los 70 Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine.

“Paine me ha marcado doble o triplemente. Primero, porque se trata de defender al padre de una gran amiga mía y su familia, como es Pamela Pereira”, dice de entrada, cuando rememora “el haber visto a Pamela, años y años, buscar a su padre”.

“A su padre se lo llevaron contra toda norma, en forma arbitraria y subrepticia. Y lo fusilaron por su exclusiva adhesión, en su tiempo y en su época, al gobierno del Presidente Allende, sin haber tenido otra actividad que esa”, añade.

“Hay que cerrar un capítulo”

El próximo fallo que debe emitir la Corte Suprema respecto de la causa ‘Paine Principal’, el operativo masivo de aniquilamiento de mayor envergadura cometido por militares, carabineros y civiles ha sido latamente esperado por las familias de Paine, por décadas.

Lo sabe de primera fuente el abogado Fouillioux, quien ha sido parte y acompañante de ese proceso de búsqueda de verdad y justicia. Por lo mismo, entiende que, de ser un dictamen favorable (a las víctimas), no será un momento de celebración, sino más bien de la satisfacción del deber cumplido para con ellas.

“Me tocó conocer en su magnitud más detallada la situación de Paine y la masacre de Paine, a través de la agrupación de familiares que comenzó a dirigir en ese entonces, coincidentemente, (Juan Leonardo) Maureira. Después (la causa) la tomó Nelson (Caucoto), y entonces recuerdo mucha gente, muchas reuniones, buscando antecedentes, hablando con gente en favor del encuentro de las verdades”, reseña.

“Ha sido una causa que me ha marcado mucho desde distintos lugares, desde lo humano, social, desde lo legal”, recalca.

“Entonces, cuando estamos llegando al final… aquí no hay nada que celebrar. Cuando lleguemos, y si ganamos (fallo favorable), como espero que ocurra, no hay nada que celebrar. Hay que cerrar un capítulo, especialmente para las víctimas, con la tranquilidad del deber cumplido, de ellas consigo mismo, y de la justicia, en este caso, con las víctimas de Paine”, cierra.