Como parte de las actividades insertas en una nueva conmemoración del Internacional de la Mujer Trabajadora, la pasada semana se realizó la ceremonia de inauguración de la sede de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine.

Ubicada en el interior del Memorial Paine, la sede fue inaugurada de forma simbólica con la instalación de una placa que lleva el nombre de la agrupación y está dedicada con cariño, respeto y un profundo reconocimiento a la entrega de todas las mujeres que ya no están físicamente con nosotr@s, y que fueron parte importante de la AFDDyE en la lucha por verdad y justicia.

Se trató de una sencilla actividad que contó con la participación de familiares de los 70 de Paine, los concejales de la comuna, Paulina Calderón y Jorge Molina, además de la Subsecretaria de Derechos Humanos, Lorena Recabarren, a quienes agradecemos su presencia.

Nuestra especial gratitud para con el artista local Claudio Rodríguez, quien nos deleitó con su canto; ése del Paine profundo, el que dedicó a las mujeres de la AFDDyE.

Compartimos con todas y todos, el texto que preparamos para saludar esta inauguración y dejar de manifiesto el profundo sentido que tiene:

Hoy, en este lugar que guarda consigo memoria a tropeles y toneladas, aún si a muchos no les es de agrado, nos reunimos para una pausa necesaria; para saldar una deuda. Una deuda aún pendiente que, y aunque simbólica, es necesaria. En este espacio, desde hace un tiempo, ellas -y también ellos- pero especialmente ellas, se reúnen. Se cobijan, se siguen alentando, pese a medio siglo de impunidad, barbarie y castigo que sigue golpeando sus amores, sus miradas bellas; sus coqueteos inconclusos, sus alientos de madres, hermanas, viudas, hijas, sobrinas, nietas. Pero ellas de Pie; ¡pese a todo! Las hemos visto mirar el horizonte de este Paine digno, y en el reflejo de sus pupilas ansiosas de justicia, hemos visto dibujado el regreso de él…

En este espacio, los que trabajamos en el Memorial, nos alentamos de su energía. Las esperamos cada primer miércoles del mes para verlas sonreír y ver cómo le ganan a esa tristeza que jamás podremos dimensionar. Y nos ponen vida cuando dejan su aroma por aquí… su tesón de madres, hermanas, viudas, hijas, sobrinas, nietas. Nos alientan a seguir haciendo porfiada y firme la memoria. Entonces, hoy también, y como cada primer miércoles del mes, es una fiesta de tecitos, galletas y sinceras caricias. Y contarse lo que no se dijeron; y una ‘copuchita’ si es preciso; porque ¡puta que así va la vida, compañera de las mil búsquedas! Y estamos contentos, porque esta sigue siendo la casa de ellas y ahorita tiene nombre bien puesto; a mucha honra, como el primer letrero que versó el intransable: ¿Dónde Están?

Aquí está su lugar. De aquí son ellas y las que vienen; porque, seguro, de aquí y por aquí salieron un día, a solas y luego bien juntitas, a la búsqueda de ese ser amado: de René, de Pedro, de Roberto, de Luis; de cada uno. Y ya luego, de tanto caminar así juntitas, le dieron cátedra a la historia: le hicieron saber que, para ser historia, debe apellidarse a buena honra de JUSTICIA. Por eso inauguramos este espacio con este bello inserto de dignidad. Con un bronce que lleva sabor a pechos aún hambrientos de tanta espera; con rojo de labios y una pata de cueca todavía pendiente; con una mascada de besos en la sandía rojiza y luminosa. Con tanta luz como aquel amanecer que, en medio de la Reforma Agraria, ellas soñaron juntito al René, al Pedro, al Roberto, al Luis; a cada uno, bajo el techo pobre y los hijos revoloteando entre gallinas, queltehues y huellas de barro puro, en esta tierra tan nuestra que grabaron con su dulzura de campesinas; y 70 amores y 70 razones.

(Fotos: Luis Hidalgo Parra)