Hecho en vida. Merecido y justo. Tan genuino como el eslabón de la verdad que él encarna y representa. Así fue el homenaje que la comunidad painina rindió a Alejandro Bustos González (76), sobreviviente de la masacre patronal emprendida contra el campesinado de Paine y de todo el territorio, a partir del golpe del 11 de septiembre de 1973.

Organizada por la Mesa de los 50 años de Paine y las organizaciones allí convocadas durante este 2023, el homenaje fue hito central de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos.

“El Colorín” -como cariñosamente se le conoce- recibió el reconocimiento y gratitud de su gente durante un acto artístico cultural que convocó a organizaciones sociales, individualidades, vecinas y vecinos, en la Villa José Calderón Miranda, el pasado sábado 9 de diciembre.

El canto y la música ornaron la actividad. La agrupación musical Cielo Azul acompañó la cueca sola, interpretada por familiares de Orlando Pereira y de Mario Muñoz (que da nombre a la calle donde se desarrolló el encuentro). En el cierre, el mítico grupo Arak Pacha brindó una presentación de gran nivel, a través de un repertorio reconocido y querido por la gente.

Los cinco de Cullipeumo

Ocurrido el golpe civil, militar y patronal de 1973, Alejandro Bustos González – al igual que muchos campesinos-, se presentó de forma voluntaria en la sub comisaría de Paine, lugar donde fue arrestado y torturado junto a otros trabajadores de la tierra.

La madrugada del 18 de septiembre de ese año, Bustos fue fusilado en el fundo Cullipeumo junto a Carlos Chávez, Orlado Pereira, Raúl Lazo y Pedro Ramírez. Herido de bala y dado por muerto por sus ejecutores, el Colorín fue el único sobreviviente de esa masacre en la que participaron civiles y carabineros.

A 50 años de esos hechos, rodeado de su familia, don Alejandro recibió  el justo reconocimiento por su consecuencia, dignidad, valentía y entrega a la lucha por la verdad y la justicia.

Saludamos a las organizaciones que impulsaron este valioso gesto de justicia y memoria y, como Memorial Paine, agradecemos que nos hayan hecho ser parte de este homenaje que, bien sabemos, es diario y permanente.

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