[fullwidth background_color=”” background_image=”” background_parallax=”none” enable_mobile=”no” parallax_speed=”0.3″ background_repeat=”no-repeat” background_position=”left top” video_url=”” video_aspect_ratio=”16:9″ video_webm=”” video_mp4=”” video_ogv=”” video_preview_image=”” overlay_color=”” overlay_opacity=”0.5″ video_mute=”yes” video_loop=”yes” fade=”no” border_size=”0px” border_color=”” border_style=”” padding_top=”20″ padding_bottom=”20″ padding_left=”” padding_right=”” hundred_percent=”no” equal_height_columns=”no” hide_on_mobile=”no” menu_anchor=”” class=”” id=””][one_full last=”yes” spacing=”yes” center_content=”no” hide_on_mobile=”no” background_color=”” background_image=”” background_repeat=”no-repeat” background_position=”left top” hover_type=”none” link=”” border_position=”all” border_size=”0px” border_color=”” border_style=”” padding=”” margin_top=”” margin_bottom=”” animation_type=”” animation_direction=”” animation_speed=”0.1″ animation_offset=”” class=”” id=””][fusion_text]

“Anduvimos como unos dos o tres minutos, y nos sacaron como a las dos y media de la mañana hacia el sur. Ahí se junta una caravana de camionetas. Había varias personas, civiles de la zona de Paine. Era una caravana de autos que siguió hacia sur. De ahí doblaron en Champa hacia Aculeo, al norte. Llegamos más o menos como a las dos y media, tres de la mañana, a un lugar donde nos hicieron bajar del furgón.
“Estamos abajo ya, cuando nos dicen que nos van a fusilar. Pancho Luzoro dijo: «Aquí les vamos a meter balas a todos». Nos hacen levantar los brazos…, y nos disparan. Civiles y carabineros… Yo caí al medio de las personas. Lo que dijo Pancho Luzoro ahí, hasta hoy lo recuerdo: «A este hueón le partimos la cabeza». Eso creyeron ellos, pero en realidad, como íbamos pelados… me saltó sangre de mi compañero Orlando Pereira en la cara y la cabeza…, y por eso ellos creyeron que me habían matado, pero no. Me habían disparado eso sí en un brazo. Con el dolor, caigo de bruces y me dieron por muerto”.

La madrugada del 18 de septiembre de 1973 Orlado Pereira Cancino, Pedro Ramírez Torres, Carlos Chávez Reyes, Raúl Lazo Quinteros y Alejandro Bustos González – trabajadores del asentamiento campesino “Paula Jaraquemada” – fueron trasladados hasta el sector de Cullipeumo, en Champa, Paine. Después de ser duramente torturados, amenazados y rapados en la subcomisaría de Carabineros de la misma comuna rural, los cinco campesinos fueron subidos en un furgón y transportados hasta el lugar donde serían fusilados por civiles y militares. El plan era asesinarlos a todos. Sin embargo Alejandro Bustos González, apodado “El Colorín”, logró sobrevivir.
Hoy, a 43 años de cometidos estos crímenes, y gracias al testimonio del único sobreviviente, así como de las gestiones de abogados y la propia Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Ejecutados de Paine, para avanzar en el cierre de los casos, la Ministra de la Corte de Apelaciones de San Miguel, Marianela Cifuentes, instruyó hoy viernes 1° de abril la sentencia definitiva – en primera instancia – de 20 años de presidio mayor en su grado máximo contra el empresario civil Juan Francisco Luzoro Montenegro, sindicado como autor de homicidio calificado en contra de los cuatro campesinos de Paine, y homicidio frustrado en el caso del también campesino Alejandro Bustos González.
Luzoro Montenegro, quien públicamente ha negado su participación en estos crímenes, anteriormente – a inicios de 2008 – había sido procesado y encargado reo por su participación en los secuestros y homicidios de 26 personas de Paine y sus alrededores, cometidos entre el 16 de septiembre de 1973 y el 16 de octubre de ese mismo año, en el marco de las investigaciones desarrolladas entonces por el Ministro Héctor Solís Montiel.

El dictamen de sentencia contra Juan Francisco Luzoro concluye un largo proceso investigativo, que incluyó declaraciones de testigos, familiares e imputados, así como la reconstitución de los crímenes de Cullipeumo, diligencia desarrollada el viernes 9 de octubre de 2015, por orden de la Ministra Marianela Cifuentes.
El dictamen de esta sentencia podría marcar un precedente en las causas de derechos humanos en Chile, tanto por la gravedad de estos crímenes descritos contra campesinos, como por la participación directa de civiles en los asesinatos de Cullipeumo, personas que a su vez estuvieron involucradas en otras operaciones en Paine, durante el año 1973.

[/fusion_text][/one_full][/fullwidth]